La capacidad imitativa del lenguaje humano por parte de los loros era conocida al menos desde el tiempo de los griegos, pero se etiquetaba invariablemente como una actividad meramente repetitiva.
Realizan, eso sí, complicadas llamadas que tienen una función social en el seno de sus bandadas. Estas llamadas pueden incluir señales de alarma e implicar un reconocimiento de los individuos, lo que se ha considerado por los etólogos (los estudiosos de la conducta animal) como rasgo distintivo de una especial inteligencia. Lo curioso del caso es que, a diferencia de otras aves imitadoras como el ave lira australiana, los loros no imitan los sonidos de otras especies en la naturaleza.
Pero si los loros no imitan a otros animales, ¿por qué imitan a los humanos? Quizá la admirable capacidad imitativa de los loros es sólo un reflejo de su inteligencia y las repeticiones de palabras podrían equipararse al balbuceo de una criatura que desea verse integrada en el grupo al que cree pertenecer.
lunes, 30 de junio de 2008
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